Implantación será proyectado el miércoles
11 de julio en el nuevo Ciclo de Cortos A Sala Llena. Qué mejor oportunidad para hacerle unas preguntas a su director, Fermín Acosta.
¿Cómo surgió la idea de
Implantación?
Implantación fue un trabajo en equipo. Se partió de la idea de
trabajar con un hábitat. Rastreando hábitats que nos resultaran interesantes
dimos con el barrio Piedrabuena, un barrio que está en la zona de Lugano, al
Sur de Buenos Aires. Como es sabido, es un complejo habitacional diseñado en
los años 70' por un grupo de arquitectos muy influyentes, que se inspiraron en la
arquitectura racionalista del momento, en Le Corbusier o ciertos barrios
Italianos. Empezamos a viajar, a intercambiar opiniones con la gente, a
registrar imagen y sonido. Lo más curioso es que el trabajo fue experimentando
un proceso de metamorfosis muy interesante. Justo antes de que estuviera
terminado dimos un giro de 180º, porque, aunque nuestra intención primera era
la de trabajar los bordes de la ficción, de la poética propia para el
tratamiento de lo real, no sabíamos bien como encararlo. Fue recién en el final
cuando decidimos unificar el relato a través de una voice over, cuando
escuchamos la opinión de un Urbanista sobre esta clase de espacios.
¿Cuáles fueron las
principales influencias?
Dos nombres que resonaron
mucho cuando estábamos trabajando fueron, por un lado, la película de Hugo
Santiago Invasión, que, aunque no es un documental sino una ficción con
guión de Borges, había algo en su clima extrañísimo, de ciencia-ficción porteña
y con una carga estetizante que nos interesaba mucho.
Por otro lado, una película
que tomamos de referente directo fue Lessons of Darkness, de Herzog. La
guerra vista por un ser proveniente de afuera, con largos planos secuencia
acompañados de música de Arvo Part, Schubert, Mahler, entre otros. Todo está
dividido en capítulos con sus respectivos números.
También tuvimos como
referencia algunas secuencias de La Hora de los Hornos, de Pino Solanas.
¿Cuánto te llevó filmarlo y
qué cámara usaste?
Nos llevó algo así como
cuatro meses. Usamos la Canon T3i.
Si bien vos figurás como
director, el grupo del que formás parte se conoce como LaSiberia Cine. ¿Cómo
está conformado el grupo y cómo se organizan?
El grupo está formado por Sol
Bolloqui, Romina Ballester, Matías Revello, Lucía Salas, y yo.
Lo cierto es que en el documental
las tareas no fueron compartimentos estancos sino que fuimos rotando de acuerdo
a cada situación. De todos modos, yo tenía asignada la tarea de unificar los
criterios bajo un relato común. Más allá de eso, el sonido estuvo íntegramente
a cargo de Lucía y el montaje de Matías.
El corto está pasando por varios
festivales. ¿Cómo lo vivís?
La verdad es que no lo
esperábamos. Todo empezó con el Festival de Mar del Plata. De ahí empezamos a
mandarlo a otros festivales y llegamos a otras provincias y países. Hemos
tenido comentarios por demás benevolentes tanto del público como de personas
más allegadas al cine, incluso han llegado a encontrar similitudes con el cine
de Tarkovsky, lo cual, en cierto modo, nos queda un poco grande. Por otra
parte, ha tenido una acogida interesante entre los arquitectos.
¿Podés adelantar algo de tu
próximo proyecto?
Como grupo, estamos planeando
hacer un largometraje en la misma línea, que trabaje la problemática de los
complejos habitacionales en la ciudad desde una perspectiva de film-ensayo o
docuficcional con una carga de ciencia ficción.